1- Empieza por limpiarlas

El polvo presente en el aire y en nuestras casas, no sólo se acumula en los muebles. También se queda a vivir en tus plantas y, en demasiada cantidad, impide su frescor.

Sácale brillo a tus plantas y devuélvele a sus hojas su color natural, nada polvoriento. Puedes utilizar un dispensador en spray con agua, y un paño húmedo para quitarlo en profundidad. Una vez limpias, y para mantenerlas así de bien, pásales el plumero una vez a la semana y repite el proceso de limpiarlas a fondo ocasionalmente.

2- Quita las hojas muertas

Tus plantas, como tu cabello, a veces también necesita un buen corte de pelo para refrescarse y estar más sanas. Elimina cualquier hoja muerta que detectes que tiene, y recorta todas las imperfecciones que haya en el tronco, como ramas muertas que veas en mal estado y que impidan a tu planta crecer. Esto propocionará frescura y revitalizará a tu planta.

3- Una dieta saludable

Las plantas también neceistan tener buenos hábitos en cuanto a la alimentación se refiere, y en eso, dependen de ti. Comprueba que las raíces están en buen estado y no han crecido demasiado, o demasiado poco. A continuación, añade nutrientes y fertilizantes orgánicos de liberación lenta para una alimentación más completa. Por último añade una fina capa de mantillo.

Por supuesto, tendrás que regar tus con regularidad, según sea la planta y sus necesidades específicas.

DALES MÁS HORAS DE LUZ

Si tus plantas no dan flores, dales más horas de luz. Muchas flores requieren al menos seis horas de sol para brotar. Las plantas necesitan el sol para hacer la fotosíntesis, por eso, si no reciben suficiente sol, se estresan. Una de las primeras cosas que hace una planta estresada es desprenderse de sus flores y capullos y poner todos sus recursos en mantenerse viva. Recuerda: sabrás si le falta luz cuando crece alta y desgarbada, cuando y dirige sus hojas y ramas desesperadamente en dirección del sol.