La Portulaca grandiflora que muestro aquí es de flor doble y se trata de un cultivar que pertenece a la serie `Calypso’. Una herbácea anual suculenta que, como todas las de su especie, posee una raíz principal tuberosa y tallos poco ramificados, cilíndricos, lisos, carnosos, glabros, de color verde o verde-púrpura, que se presentan erectos o postrados. Puede alcanzar 20 cm de altura.

Le gusta el sol. En cuanto al riego, abundante hoy y olvídate por unos días. Sus flores son realmente bellas y lucirán en maceta; jardinera; en tierra creando un tapiz o un montículo; en la ventana o colgando en tus manos, donde quieras. 

Debido a ese carácter rastrero que comentábamos antes y a su altura (puede alcanzar entre 15 y 30 centímetros), la Portulaca es perfecta para rocallas, macetas y para los maceteros de la terraza o balcón. Pero, más allá de este aspecto, lo más importante para conseguir disfrutar de esa floración tan espectacular es que la planta esté expuesta a pleno sol durante los meses de calor (es vital para que sus flores abran, algo que sucede en verano) y resguardada del frío durante el invierno (no tolera las bajas temperaturas).

Una vez decidida la ubicación de nuestra planta, nos guiaremos para plantarla por una máxima común de las suculentas: el tipo de suelo. Dado que son plantas propensas por naturaleza a almacenar agua, tendremos que optar siempre por un suelo arenoso (que podemos conseguir con un sustrato para cactus y suculentas) que permita un correcto drenaje y que evite cualquier encharcamiento de la planta.