«Lo perfecto es enemigo de lo bueno». Siempre debes mantener el sustrato de tus jacintos comunes húmedo, sin que nunca llega a secarse. No riegues directamente los bulbos, ya que podrían podrirse rápidamente.

El jacinto común no requiere mayores cuidados. Es una planta poco o moderadamente exigente en cuanto a nutrientes. Fertiliza tus jacintos comunes durante y después de la floración (de enero a mayo), hasta la desecación del follaje.

El jacinto común es una planta vivaz, independientemente de estar sembrado en el jardín o en una maceta. Para que las plantas en maceta vuelvan a florecer al año siguiente, reduce el riego tras la floración hasta no regar en absoluto. Tras la desecación del follaje, traslada tus jacintos comunes en maceta a un lugar más fresco para que pasen el invierno. Mientras que el follaje esté intacto, la planta necesita luz para garantizar la fotosíntesis y poder almacenar sus reservas energéticas en el bulbo.

El jacinto (en latín Hyacinthus) es un género de plantas perenne y bulbosas perteneciente a la subfamilia de las escilóideas dentro de las asparagáceas. Es originario de la región mediterránea y África meridional.

El jacinto común u holandés y la especie de jardín H. orientalis fueron tan populares durante el siglo XVIII que se cultivaron más de dos tipos en los Países Bajos, el principal productor.

Los jacintos producen una única y densa espiga de fragantes flores en tonalidades rojas, azules, blancas o amarillas. Una variedad de florista más delicada y más pequeña del jacinto común es el jacinto romano (var. albulus) de pétalos azules o blancos.