Roystonea regia

La palmera real aparece no muy lejos del mar, en zonas tropicales con abundante agua y a poca altitud.

Sólo en las zonas más cálidas del sur de Europa es posible su cultivo al exterior, donde se desprende y reemplaza la totalidad de sus hojas cada año.

Es una palmera impresionante por sus grandes dimensiones y es, en buenas condiciones de cultivo, muy rápida de crecimiento.

Su tronco nos puede recordar a robustas columnas de mármol gris, al final del cual forma un gran capitel coronado por grandes hojas de color verde intenso.

Le gusta el calor, los suelos ricos y el agua abundante. Puede tolerar períodos de sequía si ya está establecida.

En el Caribe es una planta muy útil. Su tronco se emplea para obtener tablones, sus hojas para techar casas y sus frutos (palmiches) para la alimentación animal.

Es nativa del sur de la Florida, Puerto Rico, Belice, Bahamas, La Española, Cuba, Honduras y de algunas regiones de México y de las Islas Caimán.^[2]​ Hoy está plantada en todos los países de la zona intertropical y en varias regiones se ha asilvestrado (ver mapa de distribución^[3]​).

Se encuentra en los llanos cultivados cubanos como principal remanente de los bosques semicaducos que eran la vegetación predominante en Cuba y también crece en terrenos montañosos fértiles y húmedos, siendo a veces más abundante en la vegetación secundaria. Al igual que en otros países americanos, la mayoría de estos árboles suele sembrarse en los cañaverales de azúcar a lo largo de los caminos de interiores para delimitar parcelas y servir de orientación por ser fáciles de distinguir a la distancia.

Usos

La palma real tiene muchos usos, además de su popular cultivo en jardinería. El tronco proporciona tablas para los «bohíos» o casas campesinas. Las grandes hojas o pencas conocidas como guano sirven para techar casas. Con las espatas florales se hacen «catauros», que son como cestas no tejidas. Las vainas foliares o «yaguas» sirven para envolver las hojas curadas del tabaco en tercios y antes también eran muy usadas para hacer las paredes de los bohíos. Sus flores son una importante fuente de alimento para las abejas. Su fruto, el palmiche, cuelga muy abundantemente en racimos y brindan excelente alimento para cerdos. Los racimos ya secos son útiles como escobas rústicas. El cogollo tierno puede servir como alimento llamado en Cuba «palmito». La floración y fructificación ocurre a lo largo de todo el año y cada palma puede dar de 2 a 8 racimos de palmiche de por lo menos 23 kg (y pueden ser de hasta 92 kg) cada uno al año. El palmiche puede ser fuente de aceite para fabricar jabón