Descripción
Esta pequeña conífera que se cultiva en el interior de casa en ejemplares de 25 a 50 centímetros de altura contribuye a purificar el aire de sustancias nocivas. Se trata de una araucaria muy ornamental, nativa de la isla australiana de Norfolk, en el Pacífico sur, de allí su preferencia por las temperaturas suaves (-1º, USDA 10) y la humedad ambiental. En España se puede cultivar en el jardín solo en las zonas libres de heladas; soporta el aire marino y el viento. Es de lento crecimiento.
Hojas y copa
La Araucaria heterophylla se caracteriza por un follaje denso y sin embargo de aspecto ligero, formado por pequeñas agujas en forma de cuña o escamas, de un color verde medio. Las ramas, prácticamente horizontales, surgen a la misma altura en distintos puntos del tronco configurando una silueta cónica de pisos.
Cultivo
Prefiere los sustratos frescos y fértiles pero bien drenados; el pH le resulta indiferente y tolera los suelos calcáreos. En el interior de casa deberá ubicarse en un sitio muy luminoso aunque fuera del sol directo; si es en el jardín, a pleno sol. Agradecerá que se le brinde abono para plantas verdes disuelto en el agua de riego cada 15 días durante la época de crecimiento, excluyendo julio y agosto.
Cuidados
En el interior de casa será necesario protegerla de la sequedad y el calor de la calefacción brindándole humedad ambiental con pulverizaciones frecuentes o situándola en una habitación sin calefacción; el exceso de sequedad provoca el amarilleo y la caída de las agujas. Del mismo modo, se debe vigilar que el sustrato se mantenga húmedo (fresco), aunque no empapado; el exceso de agua también provoca la caída de las agujas. Si las raíces asoman por los agujeros de drenaje, la araucaria deberá trasplantarse a una maceta una medida mayor, de paso se renueva el sustrato; este procedimiento ha de hacerse al menos cada dos años. Cada mes de marzo conviene retirar la capa superior de tierra (entre tres y cinco centímetros, según el tamaño del ejemplar) y reemplazarla por sustrato nuevo.
Usos
En la costa mediterránea puede utilizarse en parques y jardines y formando pantallas cortavientos junto al mar.
ECOLOGÍA
DISTRIBUCIÓN
no es un pino, la Araucaria heterophylla se conoce coloquialmente como ‛pino de Norfolk’. Tal vez se deba a su marcado porte piramidal, que recuerda a algunos de estos árboles.
La familia de las araucariáceas, a la que pertenece este árbol, es un grupo de plantas muy antiguo que se extendía por todo el mundo durante el Jurásico (hace 180 millones de años). La mayoría de las poblaciones naturales actuales son relictas y se consideran fósiles vivientes. Posiblemente ciertas características, como las hojas duras, correosas y punzantes de algunas araucarias, su capacidad de regenerar las ramas caídas y la protección especial que a veces hacen del ápice de crecimiento, son adaptaciones que estas plantas desarrollaron hace millones de años con el fin de evitar ser devoradas por los grandes herbívoros (seguramente dinosaurios), extintos hace ya mucho tiempo.
Su madera dura, blanca y pesada es muy buena para construcciones navales. Debido a la rectitud de su tronco, estos árboles fueron utilizados para fabricar mástiles de grandes dimensiones.
El uso más extendido de esta especie en las islas es el ornamental; de hecho, es común encontrar ejemplares de gran porte en jardines, parques y plazas. Tampoco es extraño su cultivo como árbol de Navidad.
El pino de Norfolk es un árbol espectacular por su porte piramidal, su simetría y su gran altura, lo que ha supuesto que en muchas áreas rurales haya servido incluso de referencia geográfica.