• La germinación y el crecimiento de la dalia son fáciles incluso para un principiante

Sus cuidados:

• Mantener en un lugar
• Riego ligero dos o tres veces por semana.
• Se recomienda el uso de composta.

Siembra:

Se realiza en los meses de marzo a junio con una profundidad de 2 a 5 cm. Las dalias germinan después de 15 a 20 días.

Es necesario mantener la tierra húmeda pero no mojada. Las plantas florecerán entre 6 y 12 semanas después de brotar. Florecen desde principios de verano hasta invierno. 

Es una planta herbácea, aunque también existen de porte arbustivo o epífito. Normalmente son perennes, aunque algunas especies de porte herbáceo son caducas. Presentan distintos tamaños (desde 0,3m hasta 1,2m) e inflorescencias en capítulo, de tamaño, color y forma variable según la especie.

– Raíces: Presenta raíces subterráneas tuberosas muy fasciculadas, reunidas en haces alrededor del cuello de la planta.

– Tallos: Presenta una ramificación desordenada con tallos erectos.

– Hojas: Según la especie pueden ser, opuestas o verticiladas, simples o compuestas, de forma ovalada y de color verde pálido (sin brillo). 

– Flores: Las flores se disponen en inflorescencias reunidas en cabezuelas campanuladas, hemisféricas, simples o incluso en panícula. Pueden ser de diversos tamaños (hasta un diámetro de 15cm) y presentan una amplia gama de colores entre los que destacan el blanco, naranja y rosa. 

REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

– Temperatura: El rango óptimo de temperatura oscila entre los 18 y 23ºC. Estas especies no toleran temperaturas bajas.

– Humedad: La humedad relativa óptima oscila entre el 75 y 78%.

– Luz: Requieren una buena iluminación, aunque también suelen tolerar lugares de semisombra. Se debe evitar la exposición directa a la radiación solar.

– Sustrato: Prefieren suelos francos, con buena capacidad de drenaje, ricos y con alto contenido en materia orgánica. El pH debe estar comprendido entre 6 y 8.

– Riego: Al inicio de la plantación, el riego debe ser moderado, manteniendo el sustrato húmedo en todo momento pero sin llegar al encharcamiento. El riego debe ser más frecuente y regular con la aparición de los primeros botones florales. Durante el verano las dotaciones de riego deben ser mayores.