Para saber cómo cuidar y cultivar cebollas, te ayudamos a conocer un poco más esta planta comenzando por saber cuáles son las partes más importantes que la componen:

• Bulbo. El bulbo está formado por varias capas gruesas que a su vez están cubiertas por láminas delgadas y secas que terminan en hojas.
• Raíz. Las raíces de la cebolla son blancas y simples.
• Tallo. El tallo está para sostener las flores.
• Hojas. Las hojas son estrechas y alargadas.
• Flores. Las flores de la cebolla son pequeñas y rosadas y florecen en pequeños racimos.
• Fruto. El fruto es redondo y contiene semillas rugosas y de color negro.

Cultivo de conjuntos

Sepáralos a un cuarto de pulgada de distancia en otoño, riega normalmente y, dobla las puntas antes de la primera helada. Al cabo de una semana, los bulbos estarán listos para desenterrarlos para curarlos y almacenarlos después en un entorno fresco, seco y oscuro, a unos 40 grados F, como aconseja la Asociación Nacional de Jardinería. En primavera, planta tus conjuntos con ventaja para formar un bulbo grande que se almacene bien.

Si tienes una temporada de cultivo muy larga, puedes plantar las semillas directamente en el suelo, a un cuarto de pulgada de profundidad y con unos pocos centímetros de separación. Sumergirlas en agua caliente durante unas horas puede acelerar la germinación. Antes de que empiecen a formar un bulbo, recoge uno de cada dos para utilizarlo como cebolleta y hacer algo de espacio.

Comienza el trasplante

Las cebollas pueden trasplantarse desde bandejas o comprarse como plántulas delgadas como un lápiz. Éstas suelen venderse en racimos que se encargan previamente a un vendedor de semillas. Parecerán secas, pero simplemente están latentes y listas para entrar en la tierra. Aunque quieras meterlas en la tierra lo antes posible, no están secas ni moribundas. Sin embargo, si no puedes plantarlas inmediatamente, sepáralas y guárdalas en un lugar fresco y oscuro.

Para cualquiera de los dos tipos de trasplante, planta 4 plántulas por agujero, cubre las raíces rápidamente y separa los racimos 15 cm. No es necesario plantarlos a mucha profundidad: sólo un centímetro, lo suficiente para que puedan mantenerse en pie.