Las semillas forestales son la base para la
conservación de la diversidad de las especies,
asimismo, son muy importantes para establecer
nuevos bosques y mantener los ya existentes.
Por eso es necesario poder identificarlas y
conocer algunas características para su manejo
productivo, así como su conservación. También
para la promoción y el mejoramiento genético.
Cuando se manipulan las semillas forestales,
siempre se debe tener en cuenta el objetivo de
uso, ya que cuando se busca restaurar el área la
colecta y selección debe hacerse tomando en
consideración la mayor cantidad de árboles a
colectar, mientras que, si el objetivo es
producción comercial, al contrario, solo se debe
seleccionar estas a partir de los árboles plus. 

Las semillas forestales son órganos
reproductivos producidos por árboles. Estas
estructuras son complejas, formadas
generalmente a partir de la transformación
del rudimento seminal luego de la
fecundación, y su desarrollo morfológico
dependerá del tipo de germinación y
dispersión de cada especie 

Los árboles se originan de semillas principalmente,
esta es la forma más común para reproducir o
regenerar el árbol y formar bosques. Los árboles
producen semillas en diferentes épocas del año, de
acuerdo a su especie.
Las semillas se obtienen a través de la recolección,
que consiste en la cosecha de frutos y semillas de
árboles que se han identificado como superiores,
debido a características especiales de acuerdo a la
especie forestal, como: copa de diámetro pequeño y
balanceada, el diámetro del fuste superior al promedio,
el fuste o tronco recto y cilíndrico; es decir, árboles
sanos y vigorosos.
Esta actividad permite perpetuar la vida de los
bosques, pues a través de la semilla y planta de buena
calidad, se establecen más y mejores plantaciones
forestales y atrae una serie de beneficios, como la
reducción a la vulnerabilidad y adaptabilidad ante el
cambio climático