El alyssum es una planta que necesita de una gran cantidad de sol, por lo que su ubicación por lo general deberá ser siempre en exterior, en una zona bien soleada. De hecho, lo ideal es colocarla a pleno sol.

Sin embargo, dado que se trata de una especie que necesita de temperaturas templadas, puede que en tu zona haga demasiado frío o demasiado calor para que la planta se desarrolle adecuadamente. De hecho, incluso es posible que ocurran ambas cosas en las estaciones frías y cálidas respectivamente. Por esto, hay quien opta por tener la lobularia maritima en interior. Se trata de una decisión arriesgada que requerirá prestar una gran atención a la planta y ubicarla en una zona tan iluminada como sea posible, siempre teniendo cuidado con el efecto lupa de las ventanas y cristales.

Uno de los puntos más importantes para el suelo de la lobularia es que ofrezca un drenaje lo mejor posible. Por ello, tiende a agradecer suelos calcáreos o arenosos. No es exigente con los nutrientes, por lo que no necesita un sustrato o tierra con gran cantidad de materia orgánica. Una mezcla como la que recomendamos habitualmente, con turba, humus de lombriz y fibra de coco, además de perlita, aportará las propiedades necesarias y nutrientes para mucho tiempo.

Dicho esto, en exterior la planta no necesitará de abono muy probablemente, mientras que en maceta es recomendable aportarle algo de fertilizante una vez al mes en la temporada cálida, especialmente para potenciar la floración.

Las flores de esta especie son muy pequeñas (no más de 5 milímetros de diámetro) y durante la primavera, verano, otoño e invierno se muestran agrupadas en ramilletes, manteniendo su característico color blanco o rosa (dependiendo de la variedad o cultivar) si se cultivan en zonas libres de heladas. En otras regiones menos cálidas del planeta, la floración de esta herbácea puede tener lugar desde finales del invierno y hasta mediados de la primavera. Emiten un dulce aroma, similar al de la miel, y son polinizadas por insectos.

Los frutos se presentan como numerosas vainas alargadas bastante melenudas, ovales a redondeadas, cada una de las cuales contiene dos semillas, las que al ser liberadas son dispersadas por el viento, favoreciendo la multiplicación de la especie.

El aliso de mar es también una planta rústica, que puede cultivarse en el jardín durante todo el año y se adapta con facilidad a distintos tipos de terreno, aunque para un mejor crecimiento y desarrollo se recomienda su cultivo en suelo blando, suelto y muy bien drenado. Por lo general, una mezcla de dos partes de turba, tres partes de tierra para plantas, dos partes de corteza de pino y una parte de materia orgánica suele ser la más indicada para esta especie.