CUIDADOS
– Temperatura: Para la mayoría de los cultivares, el rango de temperatura óptimo oscila entre los 17-25ºC, con una mínima de 15ºC durante las noche y una máxima de 28ºC durante el día.
Las rosas son muy sensibles a los cambios de temperatura, de manera que bajas temperaturas pueden retrasar el crecimiento de la planta, incrementar el número de botones ciegos y producir flores con gran número de pétalos y deformes en caso de abrir. Temperaturas excesivamente altas también dañan a la producción, provocando un elevado incremento de botones ciegos y apareciendo flores más pequeñas de lo normal, con escasos pétalos y de color más cálido.
– Humedad: Debe existir un porcentaje de humedad relativa óptimo para favorecer la apertura de los estomas, el incremento gaseoso y evitar la aparición de enfermedades.
Luz: La rosa es un planta de día largo. Por tanto, en los meses de verano, cuando prevalecen elevadas intensidades luminosas y larga duración del día, la producción de flores es más alta que durante los meses de invierno.
– Sustrato: Requieren de sustrato suelto, rico en materia orgánica y buena capacidad de aireación y drenaje, ya que sus raíces son muy sensibles al encharcamiento. El pH debe oscilar entre 6-7, aunque depende del portainjerto utilizado.
Las rosas no toleran elevados niveles de calcio. De hecho, si este elemento se aplica en exceso, muestra rápidamente clorosis. Tampoco soportan elevados niveles de sales solubles, siendo la máxima tolerancia de 3dS/m. El exceso de sales provoca quemaduras en los márgenes de las hojas.
Preparación del suelo: Es conveniente realizar una labor de subsolado (mínimo 40cm) con el fin de mantener un terreno suelto para el correcto desarrollo de las raíces. Seguidamente, se debe proceder a la nivelación del mismo.
En el caso de realizar un abonado de fondo, es necesario un análisis previo del suelo. Si dicho abonado, se decide realizar con materia orgánica, es necesario que esté compostado, pues de lo contrario la planta puede sufrir daños e incluso morir. Después dicho abonado, se debe realizar un riego abundante.
También resulta conveniente la desinfección del suelo, sobre todo en suelos donde se ha cultivado previamente rosa. Esta desinfección, se puede llevar a cabo con calor, vapor de agua, o incluso por medio de productos químicos autorizados. No obstante, la biofumigación es un método de desinfección muy efectivo.
– Plantación: La plantación se puede realizar en cualquier época del año si la plántula viene en cepellón. En España, la época óptima de plantación a raíz desnuda es de junio a septiembre.
Tras recibir las plantas, la plantación se debe realizar lo antes posible para evitar su desecación. Por lo contrario, se deben almacenar en cámaras frigoríficas a 0-2ºC.
– Entutorado: Esta labor se realiza conforme va creciendo el cultivo. Para ello se utilizan estacas de madera dura colocadas en los extremos de las camas o alambres tensados a cada lado de la misma.
– Poda: Se recomienda realizar la poda después de la cosecha. Se debe efectuar sobre la segunda o tercera hoja de cinco foliolos desde la base del tallo. Es importante no realizar el corte sobre una yema situada en una hoja de tres foliolos, pues ésta no produce flor.
– Riego: Se deben aplicar riegos frecuentes y de corta duración, evitando el encharcamiento.
La escasez de agua produce brotaciones menos vigorosas, disminución del área foliar, aumento de posibles desequilibrios nutricionales y problemas por exceso de sales. Por el contrario, el exceso de agua provoca clorosis y caída de hojas.
– Fertirrigación: La fertilización se realiza a través del riego, teniendo en cuenta el abonado de fondo, en el caso de haberse realizado. Por otro lado, también es conveniente controlar los parámetros de pH y conductividad eléctrica, así como la realización de análisis foliares.
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