Hojas

El follaje de la gardenia es perenne, compacto y lustroso. Las hojas son de un brillante verde oscuro, que resulta más claro p el envés.

Flores

Desde mediados de la primavera hasta septiembre ofrece bellas flores solitarias, con corola doble o semidoble, blancas o crema, y de un perfume exquisito. Amarillean al enjevecer.

Cultivo

La gardenia puede cultivarse en el exterior (USDA 9), directamente en tierra o en un tiesto, o en el interior, en cuyo caso apenas suele superar el medio metro. Exige un sustrato ácido, siempre húmedo (no encharcado), de consistencia media, permeable y enriquecido con materia orgánica. Necesita luz, pero no soporta el sol directo: prefiere las exposiciones en semisombra, el calor suave (16-26º) y la humedad ambiental. Soporta las heladas leves.

Cuidados

Especialmente en verano no se puede descuidar el riego. Si se cultiva en tiesto es conveniente regarla con agua no caliza (el exceso de alcalinidad produce clorosis férrica), preferiblemente por inmersión. Agradecerá las pulverizaciones constantes de agua sobre el follaje, pero se debe evitar mojar las flores. Sus enemigos son los pulgones y la araña roja, que se combaten con un insecticida y acaricida sistémicos, y las cochinillas, que se quitan hoja por hoja frotando con un trapo. A finales del invierno se suelen recortar las ramas para que el follaje gane densidad.  

Con sus brillantes hojas verdes y flores blancas muy fragantes de verano, que es ampliamente utilizada en los jardines en climas templados y subtropicales cálidos, y como planta de interior en las regiones templadas. Ha sido cultivada en China durante al menos mil años, y fue introducida en los jardines ingleses a mediados del siglo XVIII. Muchas variedades han sido criadas para la horticultura, con un bajo crecimiento, y las formas grandes y largas con flores. 

La poda, dos veces al año 

La primera, la poda de mantenimiento, tendremos que llevarla a cabo al comienzo del invierno, y consistirá en eliminar las partes de la gardenia que estén en mal estado, enfermas o muertas.

La segunda, si bien no es imprescindible, promoverá la floración. El momento idóneo es a mediados del verano y consistirá, básicamente, en pinzar para favorecer la ramificación de la planta.