El clima es uno de los factores más importantes para el óptimo crecimiento del rambután, pues necesita la humedad de un clima tropical. Este árbol requiere recibir plenamente la luz solar por las mañanas y la sombra por las tardes. Además, es necesario que esté protegido del viento puesto que en caso contrario podría llegar a dañarlo e incluso tumbarlo.
Las características del suelo donde crecerá mejor el rambután tiene mucho que ver con el tipo de clima. De este modo, necesitará que siempre esté humedo, es decir, lo suficientemente mojado para que la planta se mantenga 100% hidratada.
Por otro lado, el tipo de suelo que requiere este árbol frutal debe ser muy rico en nutrientes y debe drenar bien; es decir, el suelo debe absorber el agua sin que se encharque. Evita los suelos con altos niveles de acidez o suelos propensos a sufrir consecuencias por cambios climatológicos.
El suelo para que crezca bien el rambután, también necesita una buena cantidad de composta casera y una buena cantidad de adobo, a fin de que la tierra sea bien fértil. Asimismo, conseguirás que el suelo drene mejor.
En cuanto al riego, si quieres que la tierra esté bien húmeda – como hemos comentado con anterioridad – deberás abastecer de agua al rambután a primera hora de la mañana o bien por la noche, es decir, durante las horas en las que el sol no le dé con demasiada fuerza. Recuerda: hazlo solo cuando observes que la tierra pierde el nivel de humedad o se empieza a secar.
Para cultivar tu rambután, también puedes utilizar macetas sobre todo si éste es pequeño. Así, además, podrás mantenerlo dentro de casa si las temperaturas son muy frías o haya un cambio de estación. No obstante, debes tener en cuenta que las macetas de plástico no conservan bien la temperatura, pues se enfrían y se calientan con rapidez.
Por otro lado, las macetas de cerámica soportarán a la perfección el peso de las ramas del árbol frutal y durarán más tiempo. Elijas la que elijas, procura que tenga agujeros en la parte inferior para drenar el agua y evitar que se pudran las raíces del rambután.
El rambután (Nephelium lappaceum, del malayo rambut, «cabello») es un árbol tropical de medio tamaño, nativo del sudeste asiático, perteneciente a la familia Sapindaceae. Está estrechamente relacionado con otros frutos comestibles tropicales como el lichi, el longan y el mamoncillo. En Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Brasil, Argentina, Perú y Guayana Francesa se le conoce como mamón chino o lichas, mientras que en Colombia, México y Ecuador se lo conoce como achotillo o rambután.
es un árbol perennifolio (se mantiene siempreverde) originario del sudeste asiático tropical, concretamente del archipiélago malayo. Su nombre científico es Nephelium lappaceum, aunque se le conoce como rambután, achotillo o lichas. A día de hoy se cultiva en Asia, África, Oceanía y América Central, así como en todas las regiones donde no se produzcan heladas.
Se trata de una planta relativamente pequeña, que puede alcanzar una altura de 4-6 metros de altura. Las hojas son alternas, pinnadas con 3-11 foliolos o pinnas cada una que miden 5-15cm de longitud por 3-10cm de ancho. Las flores se agrupan en panículas terminales de 15-30cm de longitud. Estas pueden ser femeninas, masculinas o hermafroditas.
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