Riego: Pseuderanthemum carruthersii prospera en hábitats tropicales, prefiriendo una humedad constante pero puede resistir breves períodos de sequía, requiriendo riego cada 1-2 semanas. Se cultiva comúnmente en interiores, beneficiándose de un rociado ocasional para mejorar el crecimiento y la coloración de las hojas.
Fertilizar: Para pseuderanthemum carruthersii, utiliza un fertilizante equilibrado cada quince días durante las temporadas de crecimiento para mejorar el crecimiento. Diluye para evitar daños en las raíces y reduce la frecuencia en la dormancia. Los principiantes deben optar por paquetes premedidos, mientras que los jardineros experimentados pueden personalizar las mezclas. Siempre riega pseuderanthemum carruthersii después de fertilizar para una mejor absorción de nutrientes.
Poda: Pseuderanthemum carruthersii es un arbusto perenne que presenta un follaje vibrante. Pode a principios de primavera para darle forma a la planta, eliminar ramas dañadas y fomentar un crecimiento más frondoso. Utilice herramientas limpias y afiladas para cortes precisos y mejorar la circulación del aire, reduciendo el riesgo de plagas y enfermedades para una mejor salud.
Propagación: Pseuderanthemum carruthersii se propaga fácilmente a través de esquejes de tallo. Utiliza materiales saludables y libres de enfermedades, con esquejes de 10-15 cm (4-6 pulgadas) de largo y al menos un conjunto de hojas. Emplea una mezcla de suelo con buen drenaje, mantén en luz indirecta y mantén la humedad para el establecimiento de raíces en pocas semanas.
La pseuderanthemum carruthersii es indígena de ciertas islas en el Pacífico y el sudeste de Asia. Su presencia se ha extendido más allá de su área nativa a partes de América Central y del Sur, el sudeste de Asia y África Oriental. La planta ha sido introducida en estas regiones donde ahora se cultiva, lo que indica una adaptación exitosa a una variedad de climas y entornos en su área de introducción.
El colorido de las hojas y sus encantadoras flores hacen del pseuderanthemum carruthersii uno de los favoritos de los jardineros para su cultivo como espécimen individual o en bordes del jardín. No obstante, hay que estar alerta porque pueden invadirlo los pulgones y otros insectos chupadores de savia.