Como hemos comentado anteriormente, las marantas crecen felices en temperaturas entre los 20º y 25ºC. Por debajo de los 10ºC en invierno es posible que el frío provoque hojas secas o enrrolladas, como quemadas. Por el contrario, pueden soportar temperaturas cálidas siempre que se les garantice un alto nivel de humedad.

Una de las dudas más frecuentes en el cuidado de las marantas es el grado de humedad. Para poder desarrollarse de manera saludable necesitan una humedad ambiente media/alta superior al 50%. En cambio, sus hojas aterciopeladas es preferible no pulverizarlas.

Maranta es un género de la familia Marantaceae, contiene alrededor de 30 especies de herbáceas perennes distribuidas por todos los hábitats húmedos de las regiones tropicales.

Son plantas que pueden alcanzar los 50 cm de altura, de vistoso follaje con grandes hojas oblongas, variegadas, manchadas según la especie y variedad en tonos verdes, rojos o crema, de textura aterciopelada y brillante y nervios muy marcados. Poseen raíces tuberosas.

Consejos de Cuidado:

1. Luz: Prospera en luz brillante e indirecta. Evita la luz solar directa para prevenir el daño de las hojas.
2. Riego: Mantén el suelo constantemente húmedo; riega cuando la pulgada superior se sienta seca. Asegúrate de un buen drenaje.
3. Humedad: Prefiere alta humedad; rocía las hojas regularmente o utiliza un humidificador.
4. Temperatura: Mantén una temperatura cálida y constante (65-75°F / 18-24°C).
5. Suelo: Usa un suelo bien drenado y a base de turba adecuado para plantas tropicales.
6. Fertilización: Alimenta cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento con fertilizante líquido equilibrado diluido.
7. Poda: Recorta hojas amarillas o dañadas para fomentar el crecimiento y mantener la forma.