Lantana montevidensis 

El género Lantana tiene alrededor de 130 especies y pertenece a la familia Verbenaceae. La mayoría de las especies son del continente americano incluyendo Lantana montevidensis, cuyo nombre del cual indica que fue originalmente colectada en Uruguay y más tarde reconocida en otros países de Sudamérica. 

Es una especie de arbusto con tallos y ramas leñosos que llegan a medir hasta 1 metro de largo y con una clara tendencia a postrarse sobre el terreno.

Las hojas tienen una textura rasposa y un fuerte aroma, son de color verde oscuro con los bordes dentados.

Las numerosas flores están organizadas en cabezuelas que las hacen muy atractivas. Florece durante todo el año, especialmente durante la primavera y el verano, desarrollando grandes matas de flores de color morado con la garganta amarilla rodeada de una franja blanca. Cada flor mide 1 cm de diámetro. El fruto es un tipo de baya.

La Lantana rastrera es muy resistente a las temperaturas altas, lo que la hace muy apropiada para regiones con veranos calurosos e inviernos suaves. 

NOMBRE CIENTÍFICO: Lantana montevidensis

FAMILIA: Verbenaceae

ORIGEN: Mediterráneo 

Cuidados del arbusto Lantana montevidensis o Lantana rastrera 

Es conocida por el nombre vulgar de Lantana rastrera y Lantana tendida y también por el sinónimo científico de Lantana sellowiana.

Son arbustos perennes de porte compacto y rastrero que pueden alcanzar el metro y medio de altura. Las hojas son aterciopeladas, de color verde oscuro, ovaladas con ápice agudo y borde dentado. Las abundantes flores surgen en pequeñas umbelas axilares y pueden ser de color violeta o rosa. Florecen desde la primavera hasta bien entrado el otoño.

Son plantas de fácil cultivo que se pueden utilizar para borduras, macizos y en macetas y jardineras para terrazas y patios.

La Lantana rastrera necesita una exposición de sol directo o de sombra ligera. No le gusta el frío y puede morir con las heladas.

No es exigente con el tipo de suelo siempre que esté bien drenado y que contenga materia orgánica. En caso de trasplante es mejor hacerlo a principios de la primavera.

Los riegos deberán ser moderados esperando a que se seque la tierra antes de volver a regar. En otoño e invierno reducir bastante los riegos. Tienen cierta tolerancia a la sequía.

Es suficiente con un abonado anual a base de compost hacia principios de la primavera.

Conviene podarlas ligeramente a finales de invierno para darles un aspecto más compacto e ir eliminando las ramas estropeadas y las flores marchitas.

En ocasiones pueden ser atacadas por algunos insectos.

Una buen forma de propagarlas es mediante esquejes realizados en primavera o en verano. También es posible hacerlo a partir de semillas sembradas en primavera.