Hemerocallis es un género de plantas herbáceas, perennes y rizomatosas perteneciente a la familia Asphodelaceae que contiene alrededor de quince especies originarias de Asia. «Lirio de día» es el nombre común más frecuente con el que se designa a las especies de Hemerocallis y a los cultivares obtenidos a partir de ellas. Ese nombre común hace alusión al hecho de que las flores de la mayoría de las especies de Hemerocallis abren sus pétalos al amanecer y se marchitan al atardecer, por lo que cada flor no dura más que un día. No obstante, una vez que se marchita, cada flor es reemplazada por otra en el mismo tallo al día siguiente, por lo que el período de floración de una misma planta es muy largo. Algunas especies abren sus flores por la noche, las que se marchitan al amanecer del día siguiente.
Las hemerocallis son plantas más resistentes de lo que parecen, necesitando muy pocos cuidados para llenar de flores cualquier jardín o balcón. De esta manera, dependiendo de donde la ubiquemos tendremos que tener en cuenta unos cuidados u otros:
la hemerocallis es más resistente a la falta de agua que al exceso, pero si te quedas corto con los riegos durante la época de floración, afectarás muy negativamente a la producción de flores de tu planta.
Por ello, lo ideal es realizar riegos frecuentes y no demasiado abundantes durante los meses cálidos, regando un poco cada 48 horas aproximadamente, de forma que el sustrato mantenga cierto nivel de humedad pero, como siempre, sin encharcar. En los meses fríos, reduce drásticamente el riego.
La azucena turca necesita un suelo rico en materia orgánica, aireado y con un buen drenaje. Tanto si plantas en maceta como en jardín, te recomendamos usar una mezcla propia y rellenar el hueco para tu planta con ella, así te asegurarás un crecimiento ideal.
Cuando lleguen los meses cálidos, si quieres que tu flor de un día tenga una floración espectacular debes aportarle nutrientes. Añade unos dos centímetros de fertilizante orgánico como compost o humus de lombriz a la base de la planta y sus alrededores cada 15 días, y te asegurarás de que tu hemerocallis luzca sana, fuerte y radiante.
Lo primero que debes tener en cuenta es que es muy importante que prepares adecuadamente el terreno antes de comenzar el trabajo.
– Asegúrate de que el suelo está aireado y cuenta con la suficiente cantidad de nutrientes. Si dudas de que así sea haz un aporte de materia orgánica.
– Cava en el lugar señalado un agujero de buen tamaño.
– Pon en el centro un poco de sustrato y coloca la planta no demasiado profunda. La corona de la planta (el punto en que se unen el tallo y las raíces) ha de quedar a unos 3 cm por debajo de la superficie.
– Cubre las raíces y presiona la tierra para evitar dejar bolsas de aire.
– Para terminar, riega generosamente.
Algunas denominaciones comerciales de los hemerocallis por color de flor son:
Las plantas de este género se utilizan con gran profusión en jardinería sobre todo en la paisajista, para cubrir superficies relativamente grandes con un gran colorido y con un muy bajo mantenimiento debido a que se trata de especies rústicas. No se utilizan frecuentemente en arreglos florales por la escasa vida de cada flor, si bien una vez que una flor se marchita siguen abriendo nuevas flores en el mismo tallo cortado durante varios días.
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