Rumohra adiantiformis, conocido vulgarmente como helecho hoja de cuero, es una planta ornamental muy utilizado en arreglos florales.

Es un helecho de hoja perenne, crecimiento lento, resistente y fácil de cultivar estupendo para decorar el interior de la vivienda plantado en maceta o directamente en el jardín.

Es una planta de interior en lugar húmedo e iluminado. También puede situarse en exterior en semisombra o sombra, donde no reciba sol directo y disponga de suficiente humedad.

Su riego debe ser moderado, manteniendo el sustrato húmedo y suelo bien drenado. Se recomienda regarlo por la base con un recipiente con agua y retirarlo una vez haya absorbido la necesaria.

Se deben evitar los ambientes secos producidos por la calefacción, perjudiciales para el helecho.

No tolera las temperaturas frías, el viento y las heladas. 

PROPAGACIÓN

– Propagación sexual: La reproducción sexual no resulta rentable a nivel comercial, puesto que implica recombinación genética con la consiguiente heterogeneidad en la descendencia.

– Propagación asexual: Es la técnica más usada a nivel comercial. Se realiza de forma vegetativa por división de rizomas procedentes de plantas madres. Dichos rizomas deben ser de 2-5cm de longitud aproximadamente y con al menos tres yemas.

Dichas plantas madres, para que produzcan estolones todo el año, son cultivadas en invernadero a 25ºC de mínima, sobre bandejas, en un sustrato a base de turba y mantillo de 30cm de espesor, y un pH ligeramente ácido. 

TÉCNICAS DE CULTIVO 

Para llevar a cabo un buen trasplante y que el cultivo prospere, se debe asegurar una buena humedad tanto ambiental como edáfica.

– Poda: Se realiza una poda de limpieza para evitar la incidencia de enfermedades. La época de poda es generalmente durante la primavera.

– Sombreo: Al ser plantas de sombra, se requiere el uso de mallas de sombreo del 60 al 70%.

– Fertilización: Para el abonado del helecho, puede aplicarse un equilibrio 2:1:2. Conforme avanza el cultivo, y con los respectivos análisis de suelo y foliares, se puede reducir a un equilibrio 1:0:1 debido a la presencia de altas concentraciones de nitrógeno y fósforo.

Mensualmente, es recomendable la aportación de micronutrientes, especialmente hierro, manganeso, cobre y zinc.