Morus es un género de entre diez y dieciséis especies de árboles caducifolios nativos de regiones cálidas y templadas de Asia, África y Norteamérica, siendo la mayoría nativas de Asia.
El fruto maduro es comestible y muy usado en refrescos, tortas, tartas, vinos. Las de la mora negra, nativa del sudoeste de Asia, y la roja del este de Norteamérica, tienen los sabores más fuertes. Las de la mora blanca, del este de Asia extensamente naturalizadas en todas las regiones urbanas de América, tienen un sabor diferente, a veces hasta insípido. La fruta madura tiene cantidades significativas de resveratrol. Se sabe que la inmadura y partes verdes de la planta tienen una saponina tóxica y medianamente alucinógena
Se trata de una planta perenne y arbustiva de tallos rastreros o semierguidos.
– Raíz: Posee una raíz pivotante que alcanza unos 30cm de profundidad. Las raíces secundarias se distribuyen entre los primeros 10-20cm de profundidad.
– Tallos: Presentan numerosos tallos bianuales (durante el primer año crecen y el segundo florecen y fructifican) que emergen desde la corona de la planta. Los tallos primarios son muy ramificados y de longitud variable, llegando a arquearse conforme van creciendo. Generalmente presentan espinas.
– Hojas: Presentan hojas de largo peciolo, imparipinnadas, de tres o cinco foliolos, alternas y con forma oblongo-lanceolada y bordes aserrados. Normalmente son de color verde oscuro por el haz y algo más claro por el envés.
– Flores: Posee flores hermafroditas de numerosos pistilos y estambres, que se desarrollan principalmente en racimos laterales y terminales. El cáliz está compuesto por cinco sépalos lanceolados de color verde y la corola por cinco pétalos lobulados de color blanco o rosado, según la especie.
– Temperatura: Este cultivo requiere de un clima relativamente fresco y soleado, aunque es susceptible a heladas. El rango óptimo oscila entre 16-25ºC. Para salir del reposo, este cultivo requiere acumular un total de 700 horas-frío.
La mora tolera un amplio rango de altitudes. No obstante, el óptimo oscila entre 1200 y 2000 metros sobre el nivel del mar.
– Humedad: El rango óptimo de humedad oscila entre el 70-90%. Un exceso de humedad favorece la proliferación de enfermedades así como también resulta perjudicial para la maduración del fruto.
– Sustrato: La mora tolera gran diversidad de suelos siempre que tengan buen drenaje, ya que es muy sensible al encharcamiento. No obstante, se desarrollan mejor en suelos franco-arcillosos. Requieren de suelos con un elevado contenido de materia orgánica, fósforo y potasio y un pH en torno a 5,5-6,5.
– Riego: El sistema de riego más habitual es el riego localizado. Se deben dar riegos cortos y frecuentes, evitando en todo momento el encharcamiento.
La mora es una planta resistente a la sequía. Sin embargo, resulta fundamental su riego durante todo el ciclo para la obtención de un número de frutos y calibre mayor. Por tanto, una correcta aportación hídrica al cultivo de la mora supone un aumento del rendimiento de la explotación.
PROPAGACIÓN
La mora se puede propagar tanto sexual como asexualmente, aunque el método más utilizado comercialmente es el segundo. La propagación sexual solamente se lleva a cabo en laboratorio para la obtención de nuevas variedades. La semilla de la mora tiene un poder germinativo muy bajo y las plántulas que consiguen emerger y crecer, lo hacen a un ritmo muy lento.
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