El cafeto solo crece y da sus frutos en climas tropicales. La mayoría de plantaciones se encuentran por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar en todo el territorio comprendido entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio.
Los cafetales se adaptan a territorios y hábitats muy diferentes. La planta de café puede llegar a alcanzar los 15 metros de altura pero en las plantaciones se mantienen alrededor de los 2 metros para favorecer los cuidados y la cosecha del café. Las plantas pueden estar expuestas o a la sombra de otros árboles mayores y, en general, mantienen una separación de 2 metros entre ellos.
El plantón de cafeto tarda entre 2 y 4 años en crecer y dar sus primeros frutos. Entre la floración y la cosecha de café pasan entre 6 y 11 meses, según el clima y las precipitaciones. Cuando están maduros, los frutos del café son redondos y rojos, por eso también reciben el nombre de cerezas de café. En el interior de los frutos se encuentra la semilla que, una vez tostada y molida, tomamos como café.
La planta de café necesita cuidados para mantenerse en buen estado. Los caficultores deben mantener el cafetal limpio, podando de forma periódica las plantas o recepando, es decir, cortando el tronco del cafeto unos centímetros por encima del suelo para que vuelva a brotar y a crecer.
El café robusta se comercializa tanto solo como en mezclas en distintas proporciones con café arábica. Existe el mito que el café robusta es siempre de menor calidad, pero lo cierto es que cada vez se cultivan más variedades de café robusta de gran calidad que aportan matices y sabores muy interesantes al café.
Por sus orígenes tropicales, la demanda de agua de esta planta es altísima. Y no de cualquier manera: es imprescindible regar con agua sin cal. La pauta de riego de la planta del café tiene que incrementarse, sobre todo, en los meses de primavera y verano. Durante esa época, lo ideal es que el sustrato no se seque nunca. Sin embargo, en los meses de invierno, podremos regarla únicamente una vez a la semana.
Tan importante como el riego es la humedad ambiental. Una que, si cabe, es todavía más importante para la hidratación de la planta del café. Si no podemos mantener el espacio en el que tengamos la planta a un 50% de humedad, tendremos que pulverizar sus hojas cada dos o tres días. Y, a diferencia del riego, en este el invierno no nos da cuartelillo. Durante los meses de frío, la calefacción suele resecar muchísimo el ambiente. Algo que tenemos que paliar humedeciendo las hojas.
Por último, un consejo que no ayudará a darle a nuestra planta la humedad que necesita. Crearle una atmósfera húmeda es tan sencilla como colocar en el plato de la maceta una cama de piedras de jardinería y agua. De esta manera, mantendremos a esta última alejada de las raíces sin renunciar a la humedad.
De una manera natural, no suele tener plagas. Sin embargo, hay que tener claro que si no somos rigurosos con los cuidados de la planta del café es altamente probable que aparezcan dos de sus principales enemigos. Nos referimos a la araña roja y la cochinilla. No aparecerán sin más. En realidad lo harán si no mantenemos la cantidad de humedad ambiental que esta planta tropical demanda.
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