Los desechos caseros de alimentos, jardinería y embalaje dan la oportunidad de generar composta de alta calidad, lo cual contribuye a mejorar el ambiente al retirar esos residuos del circuito de la contaminación de suelos, aguas y atmósfera y enriquecer los cultivos.
Este abono orgánico se genera mediante la degradación microbiana controlada que se desencadena al colocar capas de materia orgánica alternadas, airearlas y someter la mezcla a un proceso de descomposición natural que la mineraliza.
Son materiales idóneos para hacer composta: cáscaras de huevo, restos de verduras y frutas, residuos de origen animal –huesos, piel, carne y sangre—; follaje, tallos frescos y hojas secas, además de abonos verdes.
No se utilice vidrio, metal, alambre, plástico, caucho, cenizas frescas, fibras sintéticas y frutos con espinas; unos no son biodegradables y otros pueden dañar las manos.
Los trozos de madera deben ser aproximadamente de 1.3 cm, y de 5 cm. si es papel o restos de alimentos. Partículas más pequeñas permiten mejor contacto y fermentaciones más rápidas y homogéneas, pero demasiado pequeñas se compactan e impiden una adecuada aireación.
Adecua la cama de composta. Puede ser un hoyo cavado en el suelo, una bolsa o bote de plástico, un depósito de cemento, malla de alambre, acero inoxidable o madera, y procede:
1. Coloca una capa de paja de 30 cm de altura a lo largo de la cama y encima restos de jardinería, viruta o aserrín, desechos de hortalizas. Humedece profusamente.
2. Agrega una capa de 15 cm. de restos de comida o de jardinería. Humedece.
3. Añade una capa de entre 5 y 10 cm de estiércol desmenuzado y humedece.
4. Alterna otras capas iguales a las anteriores.
5. Evita que la composta se seque para evitar invasión de ácaros, hormigas u otros animales, o que se moje en exceso porque proliferan los hongos y despide mal olor.
6. Voltea la composta a los 15 días y luego cada semana. Cuida que la temperatura se mantenga entre los 50 y 60 oC. Si no aumentó el calor, voltea nuevamente y agrega tierra, agua, estiércol o residuos verdes. Mantén un equilibrio entre material verde y seco. Adiciona tierra para que los microorganismos aceleren el proceso.
7. Una vez lista la composta, almacena en costales y guárdalos en un lugar seco hasta que los utilices para fertilizar tu huerto casero o tus macetas.
Los desechos caseros de alimentos, jardinería y embalaje dan la oportunidad de generar composta de alta calidad, lo cual contribuye a mejorar el ambiente al retirar esos residuos del circuito de la contaminación de suelos, aguas y atmósfera y enriquecer los cultivos.
Este abono orgánico se genera mediante la degradación microbiana controlada que se desencadena al colocar capas de materia orgánica alternadas, airearlas y someter la mezcla a un proceso de descomposición natural que la mineraliza.
Son materiales idóneos para hacer composta: cáscaras de huevo, restos de verduras y frutas, residuos de origen animal –huesos, piel, carne y sangre—; follaje, tallos frescos y hojas secas, además de abonos verdes.
No se utilice vidrio, metal, alambre, plástico, caucho, cenizas frescas, fibras sintéticas y frutos con espinas; unos no son biodegradables y otros pueden dañar las manos.
Los trozos de madera deben ser aproximadamente de 1.3 cm, y de 5 cm. si es papel o restos de alimentos. Partículas más pequeñas permiten mejor contacto y fermentaciones más rápidas y homogéneas, pero demasiado pequeñas se compactan e impiden una adecuada aireación.
Adecua la cama de composta. Puede ser un hoyo cavado en el suelo, una bolsa o bote de plástico, un depósito de cemento, malla de alambre, acero inoxidable o madera, y procede:
1. Coloca una capa de paja de 30 cm de altura a lo largo de la cama y encima restos de jardinería, viruta o aserrín, desechos de hortalizas. Humedece profusamente.
2. Agrega una capa de 15 cm. de restos de comida o de jardinería. Humedece.
3. Añade una capa de entre 5 y 10 cm de estiércol desmenuzado y humedece.
4. Alterna otras capas iguales a las anteriores.
5. Evita que la composta se seque para evitar invasión de ácaros, hormigas u otros animales, o que se moje en exceso porque proliferan los hongos y despide mal olor.
6. Voltea la composta a los 15 días y luego cada semana. Cuida que la temperatura se mantenga entre los 50 y 60 oC. Si no aumentó el calor, voltea nuevamente y agrega tierra, agua, estiércol o residuos verdes. Mantén un equilibrio entre material verde y seco. Adiciona tierra para que los microorganismos aceleren el proceso.
7. Una vez lista la composta, almacena en costales y guárdalos en un lugar seco hasta que los utilices para fertilizar tu huerto casero o tus macetas.